Semana clave para la UNLP: docentes definen si se suman al paro nacional

La CONADU (Federación Nacional de Docentes Universitarios) definió una nueva etapa de su plan de lucha con un paro docente de 48 horas los días 11 y 12 de junio, sin asistencia a los lugares de trabajo.

La medida fue aprobada por unanimidad en el Plenario de Secretarias y Secretarios Generales, en respuesta al congelamiento de la paritaria nacional universitaria y al ajuste presupuestario que atraviesan las universidades públicas del país.

Además del paro, la federación propuso organizar una nueva Marcha Federal Universitaria con movilizaciones en distintas ciudades del país durante la semana del 23 al 27 de junio. Esta iniciativa buscará mantener la visibilidad del conflicto y exigir al gobierno nacional acciones concretas para frenar el deterioro del sistema universitario público.

Entre los reclamos centrales, se exige al Congreso la sanción de una ley que compense la pérdida salarial y presupuestaria, reactive las paritarias y garantice un financiamiento progresivo y sustentable para las universidades nacionales. La propuesta cuenta con el respaldo del movimiento estudiantil, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y otras organizaciones gremiales del sector.

En este contexto, se espera que gremios de base como ADULP, que agrupa a los docentes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), convoquen a asambleas en los próximos días para definir su adhesión al paro. De sumarse, la UNLP se vería sin clases durante esas jornadas, profundizando el impacto de la medida en la comunidad académica.

También fue aprobada una campaña nacional para reunir un millón de firmas en respaldo al reclamo universitario. Impulsada por agrupaciones estudiantiles, la iniciativa incluirá actividades de difusión, intervenciones callejeras y recorridas por todo el país para recabar apoyos.

El conflicto se da en un momento sensible para el sistema universitario, que además del recorte presupuestario ha sufrido un retroceso en prestigio internacional: la UNLP cayó 20 puestos en el ranking global de universidades. El dato es interpretado por sectores académicos como una consecuencia directa del ajuste.

Mientras tanto, crece la expectativa en torno a las decisiones que adopten los gremios locales, en un escenario donde el malestar docente y estudiantil se traduce cada vez más en acciones concretas.